En un futuro plausible…
Ocurre algo inesperado
Cuando Aurora recibe un correo electrónico, está tan absorta viendo una serie que la notificación le pasa desapercibida.
Más tarde la revisa y lee el correo que dice que le ha tocado un premio:
—Otra estafa —piensa—. ¿Pero esta gente no se aburre nunca?
El premio era un viaje.
Por rutina revisó los datos del correo para asegurarse. Revisó la dirección de origen del correo, la de destino y parecía que estaban bien. En el cuerpo del mensaje tampoco parecía haber errores ni de maquetación ni de texto.
—Espera, no puede ser —se asustó. Se acordó de haber participado en un sorteo de forma automática cuando hizo una compra del supermercado.
Sintió cómo las tripas se le encojían y le inundaba una sensación de felicidad extrema que intentaba controlar.
—No puede ser. —Siguió diciendo mientras buscaba en su buzón de correo los detalles del sorteo que le envió el supermercado. No quería hacerse ilusiones.
Lo buscó, pero no atinaba a seleccionar el correo porque estaba temblando.
—Por fin —suspiró cuando lo encontró.
Lo abrió y revisó la lista de premios.
Ahí estaba el viaje, podía ser. Un escalofrío le recorrió el cuerpo.
Por si acaso llamó por teléfono a los datos de contacto que salían en el correo del supermercado.
Se lo confirmaron.
Y le dieron todos los detalles del premio. Cuanto más le contaban más boquiabierta se quedaba.
—No me lo puedo creer —dijo en alto al colgar—. Sííí, jajaja —rió dando un salto.
Era el mejor regalo que había recibido en sus 17 años de vida.
Corrió a contárselo a sus padres que se encontraban en el salón.
—¡Me ha tocado un viaje de 10 días a Underwater Beach Resort con todos los gastos pagados!
—Podemos ir todos —siguió—, es para seis personas, ¡por lo que los abuelos también pueden venir!
Pero entonces llegó algo que esperaba aún menos...
El rechazo
—Hija, ese es el resort que está bajo el agua, ¿no? —preguntó su padre Marco.
—¡Sí, es ese!
—No sé si ir allí es muy seguro... —siguió Marco.
—Ay, bajo el ¿agua? —empezó su madre Celia—, ¡de ninguna manera! Marco, ese salió en un programa y ¡decían que era peligroso! ¡Si pasa algo nos podemos ahogar!
—¡Pero está todo pagado! El viaje, la estancia en un hotel de 5 estrellas, la comida y ¡hasta nos dan tickets para algunas actividades!
—He dicho que no. A mí no me lleváis ahí —sentenció Celia.
El mazazo fue duro y le entraron ganas de llorar. Salió de aquel salón peor de lo que estaba antes de revisar la notificación del correo.
Aurora tenía dos opciones: Una no le gustaba nada y la otra le encantaba, aunque no supiese cómo conseguirla.
—Problema es siempre igual a oportunidad —recordó.
Así que decidió que tenía que acabar...
Cambiando el futuro
En su habitación abrió su aplicación de coaching. Tenía tres días para responder al correo del sorteo indicando si aceptaba o no el premio.
Tenía tres días para hacer cambiar de opinión a sus padres.
Le comentó a su coach virtual, Roger, lo que le había ocurrido y lo que quería conseguir.
Roger le indicó que tenía que empezar una negociación cuanto antes, porque solo tenía tres días. Debía conseguir que sus padres decidieran por sí mismos que ir al viaje era la mejor opción.
—Esto es lo que tienes que hacer —continuó Roger—. Primero comprende las objeciones que tienen tus padres al viaje. Después las investigamos juntos para poder decidir cómo desactivarlas.
Aurora habló con su padre para entender qué pegas tenían ellos con el viaje. La principal era la seguridad, tampoco sabían nada del resort que además estaba en un país extranjero y dependiendo de las fechas no podían faltar al trabajo.
—Ya tengo las objeciones Roger —comentó Aurora.
—Bien, ¿crees que investigando las podemos gestionar? —respondió.
—Sí.
—Ahora llama a tu hermano Mario y a tus abuelos para darles la noticia —indicó Roger.
—Ehh, ¿pero no debería centrarme en las objeciones? —continuó Aurora.
—Sí, después. Ahora lo que más te favorece es que la mayoría esté a tu favor. Hay una cosa que se llama sesgo de conformidad que puedes aprovechar, de hecho buscas emplear el efecto de la mayoría, porque tu madre parece que tiene en mente no ir y tiene que cambiar de opinión.
—Cuéntame más sobre eso —requirió Aurora.
Roger le dio todos los detalles y entendió cómo usarlo a su favor.
Llamó a su hermano y a sus abuelos y todos quedaron muy contentos con la noticia.
Empleó el resto de la tarde en buscar folletos, vídeos e información sobre el resort. Al día siguiente dejó los folletos en la cocina para que los viesen sus padres con el desayuno. Por la tarde vieron dos horas de vídeos sobre lo seguro que era el resort y sobre cómo era la experiencia de ir. Así, poco a poco, se empezaron a hacer a la idea de lo que era.
Para el segundo día, Marco y Celia ya estaban valorando los riesgos con información actualizada. Si tenían que dejar al niño y a los padres de Celia sin el viaje tenía que ser por una buena razón.
El tercer día todos se reunieron a petición de Marco:
—Vuestra madre y yo hemos decidido que vamos a ir de viaje al Underwater Beach Resort —empezó sonriendo.
—¡Bien! —exclamó el resto con ganas de organizar los detalles.
Aurora esbozó una sonrisa porque sabía que iba a ser...
Una increíble experiencia
Tras volar hasta allí, fueron directos desde el aeropuerto hasta el resort en un vehículo autónomo individual para los seis. Era muy confortable viajar así, sin otros pasajeros y sin esperas.
Llegaron al túnel de entrada del resort en la costa y bajaron cuesta abajo. Cuando el transporte salió del túnel todos quedaron boquiabiertos.
—Parece otro planeta —soltó el abuelo.
—¡Guau! ¡La verdad es que esto es impresionante! —dijo Marco.
—Pum pum, pum pum —contaba el corazón de Aurora.
Llegaron a la plaza de la entrada del hotel y al bajar todos miraron hacia arriba, donde estaba la bóveda transparente que permitía ver el mar sobre sus cabezas. Se veía la luz del sol que pasaba primero por el agua y después bañaba todo el resort aunque de forma más tenue.
Nadie pudo decir nada.
Tras hacer el registro en el hotel, subieron a las habitaciones que eran espectaculares. Salvo por las ventanas que eran especiales, parecían las de un hotel normal pero de lujo. Claro era un cinco estrellas y no estaban acostumbrados.
La charla de seguridad comenzó a la hora de llegar.
—En caso de emergencia, sonará la alarma general que suena así. También se encenderán las luces de emergencia —continuó el instructor.
—Todos los edificios son estancos y se cerrarán automáticamente en presencia de agua. Dirigíos a los edificios en cuanto suene la alarma o notéis que ocurre algo. La parte más alta de los edificios es la más segura, subid a las plantas superiores.
—Si la emergencia os pilla lejos de un edificio dirigíos a un punto de evacuación. Están señalizados con este icono naranja. En caso de estar ya sumergidos, los robots de salvamento os acercarán a las esclusas no sumergidas más cercanas.
Parecía que lo tenían todo cubierto y automatizado.
Cada día que pasaron allí hicieron algo diferente y a cada uno le gustó una cosa distinta:
A sus abuelos les encantó el hotel, la comida, los espectáculos y el poder pasear bajo la gran cúpula viendo el mar y los peces desde abajo.
A los padres de Aurora les sorprendió toda la experiencia y ver a todo el mundo contento. De vez en cuando, a Celia le venía un pensamiento de peligro, pero prefería no acordarse que estaban bajo el agua y que aquello se podía inundar.
Aunque los abuelos no quisieron subir al mini-submarino de recreo, a Mario le volvió loco esa salida para ver el fondo marino y el resort por fuera. La playa estaba en la parte menos profunda y con más luz natural junto con el paseo principal bajo la cúpula. Los edificios sin embargo estaban en la parte más profunda y tenían mucha más altura.
La playa submarina. Eso fue lo que para Aurora sería el recuerdo de esas vacaciones. Era muy raro estar tumbada en la arena bajo el mar y bañarse en agua salada con el mar por encima. Y a la vez fue súper placentero, tanto que años después repetiría, hasta el punto de querer crear ese tipo de ambientes y sensaciones cuando trabajase.
Para cuando les tocaba subir de vuelta al vehículo de camino al aeropuerto todos sintieron esa sensación que ocurre al final de las vacaciones, querían quedarse más tiempo.
Sabiendo que ya se había acabado, Aurora preguntó a su madre:
—Entonces, ¿qué, Mamá? ¿Ha merecido la pena venir al final?
—Pero qué tonterías dices, pues claro. Tu padre y yo sabíamos que iba a merecer la pena.
—Claro, claro —se dijo a sí misma.
—Espera a que lo cuente en el trabajo, tienen que venir aquí —concluyó.
El trasfondo
Underwater Beach es un resort de vacaciones submarino. Es una gran construcción en la que hay varios hoteles, restaurantes, playas, piscinas y otros lugares de ocio. Está completamente sumergido, aunque en algunas zonas muy pocos metros y es el primero de sus características.
El fondo del mar es el sitio más inexplorado de la tierra y tarde o temprano se va a explorar y explotar. En la actualidad, algunas costas se conocen bastante puesto que se pueden explorar haciendo submarinismo. Para el suelo del océano que está a gran profundidad, ya se trabaja en misiones de exploración y se usan vehículos especiales para grandes profundidades.
En el futuro, habrá construcciones temporales de muy alta profundidad para exploración.
Sin embargo, para temas de ocio, la costa submarina será el primer lugar de construcción. Y tiene sentido, es más fácil de hacer, más barato y es más seguro al tener menos profundidad.
Las ventajas que tiene este primer resort es por una parte la novedad, por otra que llegará luz del sol y a la par tendrá una temperatura o "clima" previsible. El hecho de que sea previsible permite que los hoteles y restaurantes se llenen todo el año porque no depende de si hace frío, calor o de si llueve.
En nuestra historia, a Aurora le toca un viaje y su familia no quiere ir porque el conocimiento que tienen del resort es la de las noticias de los medios. Piensan que es algo nuevo y las opiniones de la opinión pública se centran en lo negativo.
Este es un fenómeno que ocurre cuando aparecen cosas nuevas que nos pueden dar miedo.
Por ejemplo, ahora todo el mundo entiende la seguridad en la aviación. Eso no elimina los accidentes, que ocurren de vez en cuando, y aun así ahora volar se considera seguro. Pero cuando aparecieron los primeros aviones de pasajeros, ¿qué pensó la gente? ¿Qué imagen tenían de volar?
Se pasó del miedo al éxito.
Por mencionar algunas épocas:
Con los hermanos Wright: Se pensaba que era un milagro. Era imposible que cosas pesadas volasen. Era un experimento.
En ambas guerras mundiales: Se pensó que era algo de y para la guerra, porque era para lo que se usaba.
Más tarde hubo pioneros: Que se encargaron de mostrar que ciertos viajes eran posibles.
Y luego ya llegaron los aviones modernos: Primero era un lujo y finalmente ya se consideró seguro.
Por lo tanto, no fue hasta mucho después de la aparición de los primeros aviones que la opinión sobre volar cambió a la que es hoy.
Que es normal. Porque no teníamos ni tenemos alas como los pájaros.
Y será normal. Porque tampoco tenemos agallas como los peces.
Ocurrirá lo mismo con las construcciones submarinas.
Y se pasará del miedo al éxito.
En tu caso, ¿reservarás para ir al Underwater Beach?
Espero que pases una buena semana.
¡Buen futuro!